miércoles, 16 de febrero de 2011

Envidia.

Me desperté a las ocho como todas las mañanas frías de invierno, alcé la cabeza de mi almohada y tu no estabas. <<¿Porqué? ¿Qué te hizo de cambiar de opinión de la noche a la mañana? >> Pensaba yo para mis adentros. Ahora sé lo que pasó, yo no estaba en tu cabeza, en mi lugar estaba esa niñata, que le hace falta subirse a una caja de botellines de Coca-Cola para mirarte a los ojos. Bobo. Me has perdido y sé que volverás a mi, pero no, yo no estaré esperando, ahora he contrado a otro hombre, y sí, me tengo que subir a la caja yo también, pero no es lo mismo.

jueves, 10 de febrero de 2011